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Ninguno de los principales bancos de semillas de Holanda, la meca del cannabis, habría logrado salir adelante sin estos accesorios. Una planta que para crecer necesita mantenerse en un entorno de temperatura estable y en torno a los 22º y los 28ºC, jamás se hubiera podido desarrollar en esas latitudes.
Pero si por algo se caracterizan los cultivos de interior es porque permiten un control absoluto sobre aspectos tan esenciales como la temperatura del ambiente, de tal manera que las plantas crezcan sanas y felices en el hábitat que has creado para ellas. Y como no eres ni mago ni adivino y necesitarás controlar y regular la temperatura con termostatos, termohigrómetros y sistemas de calefacción.
Como ya hemos comentado, la marihuana es una planta bastante sensible al calor y una variación de temperatura puede hacer que su crecimiento se bloquee de manera inmediata. Seguro que a ti tampoco te haría gracia dormir con los pies al descubierto en una noche de invierno, ¿verdad? Pues a tus plantas tampoco. Son una especie delicada a la que le gustan los ambientes cálidos con temperaturas que no bajen de los 22ºC y no excedan los 28ºC.
¿Cómo mantenerse siempre dentro de esos límites? Monitorizando en todo momento el ambiente en tus cultivos de interior y corrigiendo posibles anomalías: