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Durante su cultivo, el cannabis puede estar expuesto a muchos agentes patógenos. Los insectos y hongos son sus principales enemigos, tanto en el interior como en exterior. La mayoría de veces las plagas son transportadas por los propios insectos, incluso los animales o personas que se introduce en al zona del cultivo. Por ello es tan importante la labor de prevención, identificación, control y erradicación. Procedimientos que pueden ayudarle en su lucha biológica porque algunas plagas que pueden ser devastadoras. Sobre todo teniendo presente que una planta de marihuana puede ser infectada por varios virus a la vez. Esto dificulta la tarea del cultivador ya que no sabe que insecticida o fungicida utilizar.
En primer lugar el cultivador deberá retirar cualquier rastro de vegetal que esté muerto en el mismo sustrato. En segundo lugar se deberá apartar e incluso desechar las plantas que estén totalmente infectadas. Y se debe proteger las plantas que no tenga parásito, porque en realidad son las que mas afectadas pueden estar al final. En casos de que la planta de marihuana haya sido atacada por el pulgón, que normalmente se encuentre en el envés de las hojas y los tallos, hay que actuar con rapidez antes que empiecen a formar colonias.
No olvides que a cualquier plaga que pueda atacar a las plantas de marihuana le gusta las altas temperaturas y ambientes húmedos, por lo que el verano pueden ser especialmente perjudiciales para sus cultivos. No obstante las plagas se suelen dar más en primavera y otoño. Aparte de los tratamientos químicos habituales para otras plantas que pueden servir igualmente para proteger a la marihuana, existe otras sustancias naturales que pueden ser ideales para combatir las plagas de forma natural. Por ejemplo la cola de caballo, el Neem, el Propolix... pueden ayudar a nuestra planta. Pero como hemos mencionado lo mejor es una buena prevención así que hay que vigilar todo lo que entre dentro del invernadero donde estemos cultivando la marihuana.