Seguro que antes de que acabara el año ya tenías preparada tu lista de ‘Propósitos para el 2017’. Nosotros también. Y entre ellos uno de los más importantes era el de publicar un post en el que pudiéramos ayudarte con el que seguramente es uno de los principales objetivos de tu lista: sacar adelante un cultivo de marihuana excelente.
Se aprende mucho de los fallos, pero no es necesario cometerlos para entender bien la lección. Así que si quieres comenzar el año con buen pie y con la tarea hecha, no tienes más que dedicarle unos minutos a leer estos cincos consejos para no meter la pata con los errores más comunes en el cultivo del cannabis. Ya verás cómo siguiendo unos sencillos pasos éste puede ser el año en el que te conviertas en un grower profesional.
Tabla de contenidos
Cómo evitar las 5 meteduras de pata más habituales
Los cultivos de marihuana de interior no son una tarea sencilla. No queremos quitarte la ilusión, pero tampoco es plan de crear falsas esperanzas. Hacer crecer una planta de cannabis de interior no es como hacer crecer un geranio. Entre otras cosas porque un verdadero grower necesita conocer muy bien las características particulares de la planta con la que está tratando, y este suele ser uno de los puntos débiles de los principiantes.
Si quieres cultivar tu propia marihuana has de saber que se trata de una afición apasionante, pero tendrás que dedicarle tiempo, paciencia y mucha atención. Por supuesto que si te gusta, nada de esto te resultará un inconveniente. De hecho, cuando más conozcas este mundo más querrás aprender acerca de él.
Así que aquí te hacemos un repaso de los 5 errores más comunes y de las 5 nociones básicas correspondientes para que pongas en marcha tu cultivo de interior sin incurrir en los típicos fallos de principiante que pueden echar al traste tu primera cosecha. Toma nota, ¡que empieza la lección!
Germinación defectuosa
Si no somos capaces de hacer que las semillas germinen de manera correcta, ¡mal empezamos! A veces por desconocimiento se utilizan técnicas poco recomendadas como ablandar las semillas introduciéndolas en un vaso de agua. Esto puede provocar desde el pudrimiento de la semilla hasta la aparición de infecciones o incluso el hecho de que esta nunca llegue a germinar, de manera que no es nada recomendable.
Por lo general, los principiantes tampoco tienen muy en cuenta la cuestión de la temperatura. Ven la semilla de cannabis como un ente que ni siente ni padece y lo mismo les da que la pobrecita se esté achicharrando de calor o que necesite guantes y bufanda.
Pero todas estas cuestiones, humedad y temperatura, son fundamentales en el éxito de su germinación. ¿Qué es lo más recomendable? Una técnica muy sencilla: dejarla envuelta en una servilleta de papel de cocina humedecida (no encharcada) y a una temperatura ambiente de entre 20 y 24ºC. Es un entorno perfecto para que la semilla encuentre las condiciones constantes que necesita para la germinación. En el siguiente video te mostramos como se puede germinar una semilla facilmente en tan sólo 4 pasos.
Desconocimiento de la variedad cultivada
Parece algo evidente, pero son muchos los growers que se lanzan a la aventura de cultivar cannabis sin saber realmente con qué tipo de planta están trabajando. Disponer de esta información antes de iniciar nuestro cultivo es fundamental por muchas razones.
Para empezar, porque ello va a determinar las fechas en las que deberemos llevar a cabo los procesos de germinación, nos dará una noción orientativa de cómo va a ser el desarrollo de la planta y de cuánto va a durar su ciclo de floración antes de que podamos iniciar la cosecha.
Pero también porque todos estos datos nos van a servir para saber cómo debemos configurar nuestra zona de cultivo, qué materiales debemos adquirir y cómo tenemos que disponer de ellos. Las diferentes variedades de marihuana responden a unas necesidades específicas de luz, de temperatura, de humedad… Y en el caso de que utilices armarios de cultivo también te interesa saber qué altura van a adquirir tus plantas para comprar los que mejor se ajusten a esas medidas. Así que ya sabes: antes de ponerte a cultivar, infórmate bien acerca del producto que tienes entre las manos.
Trasplantes traumáticos
Llega el momento de pasar tus semillas ya germinadas de un contenedor a otro. Han surgido ya esas características dos primeras hojitas y aunque todavía no es esa planta de marihuana que tienes en mente, sí es lo suficientemente adulta como para que la pases a una maceta de mayor capacidad.
En este punto se suele producir un error bastante común: elegir una maceta poco apropiada. No conviene hacer este primer trasplante a la maceta definitiva porque necesitaremos un exceso de riego para que la tierra se mantenga húmeda y eso resultará traumático para nuestra diminuta plantita. Además, no tiene sentido tener una planta tan pequeña en una maceta enorme. ¿Nuestra recomendación? Haz este primer trasplante a un contenedor de aproximadamente 1 litro de capacidad (nunca mayor de 2 litros), y conforme crezca la planta realiza trasplantes progresivos a macetas más acordes a su tamaño.
Atmósfera asfixiante
La humedad y la renovación del aire son dos factores determinantes en el éxito de un cultivo de cannabis. Aunque probablemente, junto a la cuestión del riego, también sean dos de los aspectos que más complicaciones presentan para los gorwers inexpertos.
¡Que no cunda el pánico! Esto de crear una buena atmósfera en tus cultivos tampoco es algo tan complicado. En el mercado encontrarás los utensilios necesarios para regular estas dos variables de manera correcta. Eso sí, la observación y el ajuste es algo que depende de ti y de tu experiencia. Para hacerlo de la manera adecuada, una vez que tengas todo dispuesto y lo pongas en funcionamiento, permanece en el lugar de cultivo durante unos minutos para asegurarte de que todos los elementos están funcionando correctamente: los ventiladores, los extractores, los humidificadores… En un cultivo de interior el aire debe de mantenerse siempre fresco y limpio para evitar la propagación de plagas y bichitos que pudieran atacar a tus plantas.
¿Algunos trucos? No te pases con la potencia de los ventiladores ni los dirijas muy directamente hacia tus plantas pues podrías deshidratarlas. Eso sí, si el foco es muy potente y está muy cerca de las platas, el cultivo va a necesitar una mayor refrigeración. Es una cuestión de equilibrio.
Crecimiento inadecuado
Es habitual pensar que cuando la planta ha alcanzado un cierto nivel de desarrollo ya está todo hecho. Pero también durante la etapa de crecimiento la marihuana sigue siendo una especie delicada y cuestiones como el riego o la poda inadecuadas pueden arruinar una cosecha en un cultivo ya avanzado.
Si se permite que una planta crezca en exceso durante su período de desarrollo, lo más probable es que en el momento de la floración no rinda lo mismo. Una planta excesivamente frondosa no es necesariamente una planta mejor preparada para acoger unos suculentos cogollos, sino una planta con tanto follaje que necesita mucho alimento y este acaba desviándose hacia lugares que no nos interesan tanto.
Hay que tener en cuenta que el cultivo necesita estar bien oxigenado, por eso, aunque te de un poco de pena (sobre todo las primeras veces), puede ser necesario meter tijera y hacerlo de la manera adecuada, como ya hemos explicado en otros posts de este blog.
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