Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y la inglesa University of East Anglia acaban de publicar los resultados de un estudio que podría hacer avanzar de manera enorme la investigación en materia de lucha contra cierta clase de tumores.
El trabajo, fruto de años de colaboración entre ambas instituciones académicas, se centra en la capacidad del THC, el principal componente psicoactivo de los más de 60 que están presentes en la marihuana, para frenar el desarrollo de cierta clase de cánceres y tumores. El estudio, de momento, se ha llevado a cabo en ratones de laboratorio, a los cuales se les habrían inducido tumores que, de acuerdo con los resultados de los trabajos, se verían frenados por la interacción de ciertos receptores cannabinoides (el CB2 y el GPR55).
El primer paso de un largo camino
Los especialistas responsables de este estudio creen que éste puede ser el primer paso para desarrollar un antitumoral verdaderamente eficaz en cierto tipo de casos, a partir de sintéticos desarrollados en el laboratorio equivalentes al THC. En este sentido, la clave ahora estaría en determinar la relación que existe entre los niveles de THC en el organismo y el mayor o menor desarrollo de algunas clases de cáncer.
Sin embargo, desde el equipo de investigación que ha descubierto esta aplicación medicinal de la marihuana se insiste en el hecho de que estas investigaciones se llevan a cabo empleando el componente químico de manera aislada y controlada, advirtiendo de que en los resultados es vital un control férreo de las cantidades administradas, en este caso a los ratones objeto de estudio. A lo largo de los años han sido muchos los estudios, a los que ahora se une este, que han tratado de demostrar la eficacia de los compuestos a partir de la marihuana en materia de lucha contra los dolores crónicos.
No en vano, estos estudios se remontan incluso al siglo XIX, cuando el galeno irlandés William O´Shaugnessy experimentó con éxito con cannabis para tratar enfermedades tales como el cólera, las rabias, el tétanos o ciertos casos de delirium tremens asociados al alcoholismo. Asimismo, en los últimos años en EEUU también se han publicado un buen número de investigaciones relativas a la aplicación de la marihuana en la lucha contra la epilepsia y los episodios de estrés postraumático, en este último caso ligados a la presencia de veteranos de guerra en conflictos como el de Irak.
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