La regularización del cannabis es una de las cuestiones más en boga en los últimos meses en Cataluña. En esta Comunidad Autónoma hay un enorme número de clubes de fumadores y socios de los mismos, que se mueven en una suerte de ‘limbo’ legal. Desde hace tiempo, diversos colectivos han salido a la palestra para llamar la atención sobre la necesidad de que esta situación de alegalidad termine y se pueda establecer un marco normativo claro para actividades de consumo o cultivo de marihuana. Ahora son las más altas instancias del Gobierno de la Generalitat de Cataluña las que pretenden acelerar el proceso de cara a hacer políticamente normal lo que ya es normal a nivel de calle.
Desde la Consejería de Salud se va a enviar al Parlament en el mes de septiembre, una vez que se reanude su actividad tras las vacaciones de verano, el borrador de un documento de buenas prácticas que permita regular el autoconsumo y cultivo de cannabis para consumo propio en Cataluña, ante la gran proliferación de clubes y asociaciones que está teniendo lugar en esta comunidad. Este documento pretende dotar de una seguridad jurídica no sólo a estas entidades privadas, sino también a sus socios que, hasta la fecha, se encontraban en una suerte de ‘tierra de nadie legal’, entre lo ilícito y lo permitido haciendo la vista gorda.
Fuentes del gobierno catalán señalan que el borrador impide a los clubes sacar provecho económico de su actividad ni, asimismo, hacer publicidad de la misma. En este sentido se quiere evitar que Barcelona se convierta en una meca de peregrinación cannábica a gran escala. Además, en esta propuesta se establece que el acceso a los clubes siempre se llevará a cabo mediante la invitación o aval de una persona que ya sea miembro del mismo, con un límite personal de una decena de invitaciones anuales.
De acuerdo con diferentes análisis sectoriales realizados hasta la fecha, en la actualidad hay más de tres centenares de clubes en Cataluña. La suma de los asociados que hay en Cataluña y el País Vasco se acerca a las 200.000 personas. Este paso adelante hacia la normalización de la marihuana en España se une a la recientemente anunciada propuesta de la Organización Profesional de Inspectores de Hacienda del Estado. De acuerdo con esta asociación, legalizar las‘drogas blandas’, entre las que se incluye la marihuana, y la prostitución proporcionaría a las arcas del estado unos ingresos anuales no inferiores a los 6.000 millones de euros en concepto de impuestos y tasas.
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