Uno de los capítulos en los que más está incidiendo la investigación en torno a la marihuana terapéutica tiene que ver con sus aplicaciones en la lucha contra el estrés postraumático. Este síndrome tiene que ver con la aparición en el individuo que lo sufre de ciertos síntomas, físicos y psíquicos, tras haber sido expuesto a un acontecimiento especialmente traumático y estresante (un accidente, una muerte violenta, la guerra…).
Un reciente estudio de la Universidad de Haifa, en Israel, demuestra que el cannabis administrado en ciertas dosis controladas, puede ayudar a controlar y mitigar los trastornos del comportamiento y los problemas psicológicos asociados al síndrome de estrés postraumático.
Mejora ante la respuesta emocional
De acuerdo con los responsables del estudio, llevado a cabo con ratas de laboratorio, la marihuana administrada a partir de cannabinoides sintetizados, frena los efectos provocados por un trauma reciente o por recuerdos estresantes. La transmisión de estímulos de tipo químico entre los receptores emocionales del individuo se frenan y, por lo tanto, el paciente no experimentaría tanta angustia y ansiedad. En este sentido, dos grupos de ratas fueron expuestos a descargas eléctricas de similar duración e intensidad. Al primero de estos grupos se le administró un compuesto de cannabinoides, y al segundo un antidepresivo estándar, para evaluar sus respuestas.
El reflejo y la respuesta emocional de los primeros fue considerablemente menor que en el caso de los sujetos de prueba a los que se les había proporcionado marihuana sintética.
Proyecto de investigación de futuro
Los responsables de este estudio reconocen que lo verdaderamente importante, más que los propios resultados cosechados en el laboratorio, tiene que ver con el descubrimiento de los mecanismos que operan en el cerebro humano cuando se desencadena un episodio de angustia tras un trauma. El objetivo de los investigadores es, en este momento, conseguir las autorizaciones para llevar a cabo pruebas clínicas con pacientes humanos.
A partir de que se sufre un trauma, los mecanismos del miedo y la ansiedad en el paciente se alteran pese a terminar esa situación potencialmente traumática. La marihuana evitaría, precisamente, que ese cambio llegara a producirse.
El empleo del cannabis para enfrentar los efectos de la ansiedad y el estrés postraumático no son nuevos, pero estos resultados si parecen abrir una vía definitiva hacia la experimentación clínica con pacientes humanos. Y es que casi una de cada tres personas que viven un acontecimiento como un accidente o una muerte violenta desarrollan, a posteriori, este trastorno.
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