Uno de los momentos más esperados en el cultivo de la marihuana es cuando al fin, después de todos los esfuerzos, llega el día de la cosecha. A medida que la planta se aproxima a los últimos días de su ciclo vital es necesario ir preparándolo todo para despedirse de ella y darle la bienvenida al fruto de tu trabajo como grower. Se trata sin duda de un momento delicado, pero tomando las medidas necesarias lo disfrutarás tanto como la primera calada de tu cosecha.
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Utiliza siempre las herramientas adecuadas
Imagínate que vas al peluquero y en lugar de unas tijeras te saca una sierra eléctrica. Seguro que sales despavorido del lugar. Si las plantas de marihuana tuvieran piernas también saldrían corriendo al comprobar el tipo de herramientas con las que osan acercárseles algunos growers sin demasiada experiencia.
Igual que no se te ocurriría cortarte las uñas de los pies con unas tijeras de podar, no puedes pretender llevar un mantenimiento de tus plantas de marihuana o proceder a la cosecha de tus cultivos con herramientas que no son las indicadas. ¿Y cuáles son las herramientas apropiadas?
Aunque si quisieras complicarte mucho podrías armarte con un instrumental digno de una sala de cirugía, en realidad todo se reduce a dos tipos de tijeras:
- Tijeras de podar grandes: son un arma de definición, con un extremo puntiagudo que te permite llegar al brote que buscas sin dañar el resto de la planta.
- Tijeras de punta afiladas: son las que se utilizan durante la cosecha, cuando tienes que cortar por abajo las ramas que ya han alcanzado un grosor considerable.
Con estas dos sencillas herramientas ya tienes más que suficiente para hacer maravillas con tus cultivos cada vez que necesiten un cambio de look o cuando llegue el momento de la verdad y haya que cortar por lo sano. En función de cuáles sean tus objetivos y de cuál haya sido el crecimiento de la planta, podrás cortarla por el tallo principal, rama a rama o cogollo a cogollo.
Lo que está claro es que si tienes muchas plantas y estas han producido una enorme cantidad de cogollos, a la hora de limpiarlos te será muchísimo más rentable invertir en una peladora automática (manual o eléctrica) en lugar de tener que estar limpiándolos con las tijeras afiladas uno a uno. Por mucha ilusión que le pongas a tu cosecha de marihuana, esta puede ser una labor verdaderamente tediosa.
5 consejos para un buen corte
En cuanto haces el corte ya no hay marcha atrás, de manera que te interesa leer muy bien los consejos que te presentamos a continuación para que tengas en cuenta todos los detalles antes e inmediatamente después de dar este gran paso. No son para meterte miedo ni para crearte inseguridad. Al fin y al cabo la cosecha es sólo un paso más en el proceso de cultivo, probablemente el más gratificante. Y como queremos que lo disfrutes sin ningún tipo de sobresalto, lo mejor es que estés bien informado para que no se te quede ningún cabo suelto:
- Dispón de más de un juego de tijeras para podar: tras los primeros cortes, te sorprenderá comprobar lo pegajosas que pueden resultar estas plantas como consecuencia de la resina que contiene el THC. Las cuchillas de las tijeras se apelmazan rápidamente y hasta que no las limpies con los químicos adecuados te va a resultar prácticamente imposible separarlas. Para ahorrar tiempo, siempre es tener mejor disponibles un par de juegos de tijeras. También por este tema de la pegajosidad, no olvides utilizar unos guantes cuando procedas a cortar tus plantas de marihuana.
- No cortes después del riego: elige un día soleado, preferiblemente por la tarde. Así le habrás dado más tiempo a la plante para que los cogollos estén más secos en caso de que hayan recibido algo de humedad en los últimos días.
- Elimina primero las hojas en abanico: si la planta está bien hidratada podrás deshacerte de ellas fácilmente tirando hacia abajo con el pulgar y el índice mientras sostienes la planta por la rama y tocando lo menos posible los cogollos.
- Esmérate en la limpieza profunda: sostén la rama con firmeza y corta a ras del cogollo todas las hojitas que sobresalgan. Es un trabajo que hay que tomarse con paciencia: vas girando lentamente la rama y recortando con mucho cuidado y amor. Si tu paciencia no da para tanto, opta por las peladoras automáticas de Trimpro.
- Sé un peluquero observador: antes de dar por finalizada la labor es importante que te tomes tu tiempo para comprobar que todo está perfecto. Probablemente uno de los aspectos más importantes es que te asegures de que en los cogollos no hay ni rastro de moho gris. Esto podría resultar muy peligroso si se queda ahí y pones tus cogollos a secar, tal cual. Se llama botrytis y te puede arruinar la cosecha ya que se extiende rápidamente y sin que te des cuenta. Si identificas algo sospechoso es mejor que no te quedes con la duda. Más vale sacrificar un pedacito de tu cogollo que poner en riesgo el éxito de toda una cosecha de marihuana.
¿Recortamos antes o después del secado?
Podría parecerte que la respuesta es bastante obvia ya que en el 80% de los casos los cannabicultores optan por arreglar los brotes de la planta una vez que han sido extraídos de esta y antes de proceder al secado de marihuana. Pero lo cierto es que existen dos tendencias al respecto, cada una con sus particularidades y ninguna de ellas es realmente mejor que la otra. Como en Yervagüena nos gusta tenerte bien informado, te presentamos las dos para que seas tú el que decida cuál es la que considera más apropiada.
- Recorte en húmedo: es más sencillo y los cogollos se ven con mucha más claridad al final del proceso. Pero si no tienes paciencia para hacer la poda y luego además ponerte con estos pequeños retoques, tal vez no sea el método que mejor te venga.
- Recorte en seco: la limpieza de los cogollos se lleva a cabo una vez que ya ha finalizado el proceso de secado de las ramas que en su momento podaste. Es un procedimiento que escogen los growers que, por cuestión de gustos, prefieren que sus cosechas se sequen más lentamente. Pero lo cierto es que no es una técnica mejor que la anterior. Eso sí, tal vez requiera un poco más de destreza: al secarse, las hojas se curvan hacia la parte superior y es un poco más laborioso limpiar los brotes.
Sea cual sea el método que hayas escogido hay un aspecto que deberás tener muy presente. El momento de la cosecha es uno de los más aromáticos de tus cultivos. En cuanto empiezas a hacer los primeros cortes, las plantas desprenden muchísimo olor. Lo más normal es que tú te contamines rápido con esa fragancia y acabes por no darte cuenta, pero si no dispones de un sistema antiolor adecuado, no tardarás en llamar la atención en tu edificio de vecinos.
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