Las semillas de marihuana autoflorecientes o automáticas se han consagrado como una extraordinaria alternativa en cultivos (especialmente los de exterior) que por sus condiciones particulares necesitan de una planta capaz de producir cosechas generosas en un período de tiempo más corto a partir de la germinación. Lograr encontrar un hueco entre los actuales cultivos de marihuana o ganarse la aprobación de los growers más puristas no ha sido una tarea sencilla, pero finalmente estas semillas han obtenido el respeto que se merecen.
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Una novedad de origen milenario
Contrario a lo que muchos cannabicultores creen, la marihuana autofloreciente no es un invento moderno. Para conocer sus orígenes y entender su evolución tendremos que remontarnos a las poblaciones silvestres de una especie clasificada en botánica como Cannabis ruderalis que se encuentra en varias zonas de Asia Central y del Norte, en Rusia y en el Este de Europa.
Sobre su clasificación existe cierta controversia, porque si para algunos botánicos se trata de una especie por derecho propio, para otros especialistas no es sino una subespecie dentro de la Cannabis indica o la Cannabis sativa. Los análisis más recientes parecen demostrar que probablemente la teoría más acertada sería la de una tercera hipótesis según la cual el cannabis autofloreciente es una especie única pero hermanada tanto con la sativa como con la indica.
Lo que sí que parece no dejar ningún lugar a dudas es que estas semillas de marihuana no son tal como las conocemos hoy en día. Las variedades de plantas autoflorecientes que crecían de manera salvaje hace cientos de años no eran plantas con una verdadera utilidad ni a nivel recreativo ni a nivel medicinal dado su escaso contenido en cannabinoides psicoactivos. Los avances en botánica y la tecnología actual son los que han hecho posible que las semillas de marihuana automática que se pueden adquirir hoy en día proporcionen cosechas abundantes y de calidad, con un gran sabor y unos efectos que se pueden comparar a los de las semillas tradicionales.
Particularidades de las semillas de marihuana autoflorecientes
¿Qué quiere decir esto de que la marihuana sea automática? Son adjetivos que resultan cuanto menos curiosos cuando nos referimos a una planta, pero realmente no tienen nada de misterioso.
Si reciben este nombre tan particular es porque su principal característica es que, al contrario que el resto de las plantas de marihuana, tienen un comportamiento único ante la luz y más en concreto, ante la ausencia de esta. En los diferentes ciclos del cultivo la planta de cannabis normal necesita determinadas horas de luz y determinadas horas de descanso para poder florecer. En el caso de las automáticas esto no sucede de manera tan estricta. Es decir, una planta de marihuana autofloreciente va a tener sus ciclos de vida normales tanto si recibe la cantidad de luz necesaria como si no.
Si no llega a los límites necesarios, la planta dará muy pocas flores y la cosecha será bastante rácana. No esperes gran cosa de una planta a la que no le has prestado demasiada atención. En cambio, a poco que la cuides y te asegures de que tiene cierta cantidad de luz diaria, estas plantas te van a dar una suculenta cosecha prácticamente en cualquier circunstancia. Es por eso que en los último años estas semillas se han hecho tan populares en latitudes con climas adversos: la C. ruderalis es una planta muy agradecida y con pocos cuidados ofrece grandes recompensas.
¿Por qué han triunfado las semillas autoflorecientes?
Hasta hace unos cuantos años las variedades de marihuana existentes en su versión automática eran bastante escasas. Como hemos comentado anteriormente, a nadie parecía convencerle demasiado el hecho de que una planta fuera capaz de dar una cosecha en apenas nueve semanas a partir de la germinación y con una calidad que por entonces dejaba bastante que desear.
Cuando se empezaron a hacer los primeros experimentos con ruderalis los cannabicultores se dieron cuenta de que estas semillas aún no estaban preparadas para cubrir las exigencias del mercado. Las plantas eran frondosas, pero con mucha hoja y pocas flores y éstas, además de tener un tamaño un tanto irrisorio, dejaban un regusto bastante raro al fumarlas.
Con todo, hubo bancos de semillas que vieron un gran potencial en las autoflorecientes y decidieron apostar por ellas dedicándole tiempo a la investigación con el objetivo de conseguir plantas que, manteniendo su particularidad de una floración tan temprana y estable, fueran capaces de proporcionar cogollos más gordos y resinosos. El objetivo se logró y se superó cuando empezaron a aparecer las semillas feminizadas y autoflorecientes.
La genética de estas semillas dejó de ser un misterio para breeders como Dinafem, pioneros en lanzarse al mercado con las primeras Haze y Critical + autoflorecientes feminizadas de muy buena calidad. Anteriormente el banco de semillas canadiense The Joint Doctor había invertido mucho tiempo en la investigación de la lowrider, una autofloreciente estable y de buen sabor que abrió la puerta comercial de este tipo de semillas. Era cuestión de tiempo que empezaran a aparecer nuevos cruces y nuevas variedades y que aquellas ruderalis que prácticamente solo se cultivaban por curiosidad empezaran a tener sus mejores versiones en Moby Dick, Cheese o Blueberry.
Todo esto facilitó mucho las cosas a los growers con menos experiencia, con menos presupuesto o con menos tiempo para dedicarle a sus cosechas. Estas son algunas de las principales ventajas de su cultivo:
- Se adaptan mucho mejor a climas complicados. Son una muy buena variedad de marihuana para el cultivo de exterior (con el ahorro económico que ello supone) ya que el fotoperíodo de la planta no supone una complicación para su cultivo. Por otro lado, en climas amables ofrecen unas cosechas muy abundantes, así que se puede decir que son unas plantas agradecidas.
- No necesitan tantos nutrientes. Al tener un desarrollo tan rápido ahorrarás mucho en complementos y fertilizantes básicamente porque no hay tiempo de que la planta los necesite. Lo mismo sucede con el riego o con cualquier otro añadido o herramienta de las que habitualmente utilizarías en un cultivo de marihuana tradicional.
- Son aptas para el cultivo de interior o de exterior. Podría decirse que en este caso las plantas se adaptan a tus necesidades como grower y no al revés. En espacios abiertos ya hemos señalado que se caracterizan por su resistencia y en el caso de los cultivos de interior las autoflorecientes son populares por las comodidades que ofrecen al cannabicultor: un ciclo de luz constante de 18 horas al día durante 6 días a la semana y poco más.
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