En el desarrollo de una planta de marihuana intervienen infinidad de aspectos que un buen grower tiene que atender con atención, dedicación y en muchas ocasiones con algo de intuición. Y es que son muchos factores los que influyen en la evolución de un cultivo de marihuana. Algunos los ves, como la tierra, el agua o la luz, y otros simplemente están presentes, como el aire.
Lo que tus plantas respiran es también parte de su alimentación. Recuerda que necesitan el dióxido de carbono para poder completar de manera satisfactoria el proceso de fotosíntesis y que de este proceso depende, entre otras cosas, la generación de azúcares esenciales para su desarrollo o la distribución de los nutrientes necesarios para su crecimiento.
Ahora bien, si ya sabemos que sin un nivel adecuado de CO2 no puede darse el crecimiento de las plantas, ¿qué sucederá si a través de algún sistema logramos incrementar esos niveles de dióxido de carbono en nuestras plantaciones de interior? Descubre los beneficios del CO2 en el cultivo de la marihuana y aprende a utilizarlo del modo adecuado.
La creación de una atmósfera en tu cultivo de interior
Hace millones de años la atmósfera terrestre era mucho más rica en dióxido de carbono de lo que lo es en la actualidad. Precisamente por ese motivo las plantas prehistóricas alcanzaban tamaños gigantes, pues genéticamente estaban preparadas para desarrollarse en esos ambientes con alta concentración de CO2 y realizar la fotosíntesis también de una manera monstruosa.
Ya no quedan plantas tan exageradamente vigorosas, pero en su genética todas ellas conservan esa propiedad de tener una resistencia al dióxido de carbono relativamente alta, y un ejemplo de ello es la marihuana. Piensa que en circunstancias normales la concentración de CO2 en la atmósfera actual es de unas 400 partes por millón (ppm). Pues bien, una planta de cannabis podría desarrollarse en condiciones óptimas en una atmósfera de hasta 2.000 ppm.
¿Quiere decir esto que en nuestro armario de cultivo tenemos que crear estas condiciones para obtener una cosecha monstruosa como las plantas prehistóricas? No exageremos, que en cuanto hablamos de tamaño se nos ponen a todos los ojos como platos. No hace falta forzar una atmósfera de tan alta concentración de CO2 en nuestro cultivo para estimular el crecimiento de las plantas de marihuana, pero sí es cierto que con unos cuantos retoques podemos hacer que aumente el rendimiento de la cosecha hasta en un 30%. ¿El principal secreto? No saltarse nunca estos 3 pasos:
- Renovar el nivel de CO2 en el cultivo indoor.
- No permitir nunca que los niveles bajen de 300 ppm (en tal caso la fotosíntesis se estancaría y con ello el desarrollo de tus plantas).
- En la medida de lo posible, hacer que los niveles de CO2 se mantengan más o menos constantes.
Instalación de un generador de CO2
Cuando instalas un generador de dióxido de carbono en tu cuarto de cultivo tienes que tener en cuenta tres cuestiones. Por un lado necesitamos un medio que nos suministre el CO2. Si vas a instalar un generador profesional en casa normalmente tendrás que recurrir a las botellas de gas carbónico que se utilizan en los restaurantes o a las de gas propano. También se venden bombonas de CO2 recargables ya preparadas para este fin.
Claro, cuando te encuentras con eso la cosa parece que se pone un poco peligrosa. Por eso es importante que nunca pierdas de vista las otras dos cuestiones importantes en este asunto del suministro de CO2 al cultivo de marihuana. El segundo aspecto importante es el de utilizar siempre un controlador de CO2 que será el que se encargue de abrir y cerrar de manera automática para mantener los niveles estables de dióxido de carbono: se abrirá cuando el grado de concentración esté por debajo de las ppm deseadas y se cerrará cuando las supere. Adicionalmente y si el controlador no lo lleva (que no suele ser lo más habitual) conviene tener un medidor de ppm ya que este es un dato de vital importancia no solo para tu cultivo sino para ti.
Como ya sabrás, el dióxido de carbono está presente en el aire que respiras habitualmente pero a ciertos niveles y durante un determinado tiempo de exposición puede resultar tóxico. Para hacer un uso correcto del generador de CO2 en tu armario de cultivo ten en cuenta que por encima de las 2.000 ppm no hay ninguna ventaja de crecimiento para tus plantas y, es más, podrían empezar a estresarse y a amarillear. Lo ideal es mantener el nivel entre 1.200 y 1.600 e ir haciéndolo de manera progresiva y nunca en el ciclo nocturno, que es cuando necesitan descansar. Por cierto, en el resto de la casa el nivel de CO2 debe mantenerse en torno a las 300 ppm. Ten en cuenta que una exposición de 45 minutos a niveles superiores a las 600 ppm ya empieza a ser tóxica y sus consecuencias son notables (náuseas, mareos, vértigo… e incluso la muerte, si la concentración de dióxido de carbono fuera mucho mayor).
Para aumentar el metabolismo de las plantas el CO2 no sólo tiene que estar presente en el ambiente sino que tiene que llegar a todas ellas y además renovarse. Al aire libre esto ocurre de manera natural, pero no es así en un espacio cerrado. Y llegamos al tercer aspecto importante en la utilización de CO2 en un cultivo de marihuana: la gestión del aire. Lo primero que has de saber es que el dióxido de carbono pesa más que el oxígeno, así que se te va a quedar abajo, donde las plantas poco pueden hacer con él. Lo más rápido y sencillo es elevarlo mediante ventiladores funcionando no demasiado fuerte. Y lo segundo es que el aire en un cultivo de interior debe renovarse porque si no se queda viciado, no hay fotosíntesis y el desarrollo se estanca. ¿Solución? Utilizar sistemas de extracción que, por supuesto, tendrán que programarse de manera que funcionen cuando no esté programada la salida de CO2.
Un último apunte para la utilización de este sistema: se suministra única y exclusivamente durante la floración, entre los días 21 y 51, y en segmentos de 15 minutos aproximadamente durante cada hora de luz.
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