Los clubs de fumadores han comenzado a aparecer en muchas de las principales ciudades de nuestro país, por lo que no está demás echar un vistazo a un fenómeno que promete abrir nuevos caminos para el consumo del cannabis. Así, aquí intentaremos aclarar algunos aspectos que suelen llevar a error a la mayoría de los fumadores que no han participado nunca en uno de estos clubs, por lo que toma buena nota y despeja aquellas dudas que puedas tener.
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La historia de los clubs de fumadores
Pese a que su historia no es muy grande, los clubes sociales de fumadores de cannabis han visto pasar ya algunas épocas que explican bastante bien la razón de su aparición y su desarrollo.
Este tipo de establecimientos nació como fruto del esfuerzo de ENCOD, Coalición Europea para una Política de Drogas Justa y Eficaz. El trabajo de esta organización no gubernamental se centraba en la necesidad de crear espacios en el que el consumo de drogas escapase de la ilegalidad, algo que como fondo tenía la propuesta de regularizar de forma legal la producción, venta y consumo del cannabis.
Un antecedente claro puede encontrarse en la situación legal que se da en los Países Bajos, aunque el desarrollo de ambas circunstancias no ha tenido mucho que ver.
Así, del trabajo de esta asociación nació la iniciativa para fundar clubes de este tipo, algo que se ha ido extendiendo por toda Europa y que debe ajustarse a la legalidad vigente en cada país si no se quieren tener problemas.
La posesión de cannabis en España
A lo primero que debe atenderse para que puedan existir clubes de cannabis en cualquier país es a lo que el ordenamiento jurídico establece sobre el consumo privado y la posesión de esta planta. Por ejemplo, en España el consumo, el cultivo y la posesión de cannabis está despenalizada, por lo que pueden desarrollarse actividades alternativas como la formación de un club de fumadores.
Al decir que el cannabis está despenalizado se hace referencia a una situación en la que no pueden establecerse medidas penales contra las personas que posean una cantidad para el consumo personal, que cultiven con fines privados o que hagan un uso privado de la planta.
Este resquicio legal, que no se extiende a países como Francia por ejemplo, es al que pueden acogerse los clubes de fumadores de cannabis, ya que en ellos la actividad debe ser limitada tanto en cantidad de producto como en número de socios participantes.
¿Qué es un club de fumadores de cannabis?
Puede parecer una obviedad, pero no es más que un espacio en el que se cultiva y se suministra cannabis para el consumo privado de los socios que participan en la iniciativa.
El cannabis que se consume en estos establecimientos está destinado a uso recreativo, por lo que no es necesario acreditar ninguna circunstancia especial para poder acceder a él. Eso sí, solamente pueden hacerlo los socios que formen parte del club de forma expresa, ya que lo contrario puede ser considerado por las autoridades como tráfico y distribución de sustancias estupefacientes. En el espacio de un club de fumadores se repartirán las tareas de cultivo y preparación de las plantas de una forma equilibrada y, además, se deberán elaborar unos estatutos que queden registrados de forma pública y que satisfagan las demandas legales de cada país.
El club siempre debe considerar las cantidades de cannabis que vaya a manejar, algo muy importante para evitar problemas con la justicia que puedan acabar con el club.
Cada país que tiene despenalizado el consumo privado y la posesión establece una cantidad máxima de cannabis que no debe superarse para no caer en delito. Las cantidades pueden variar dependiendo de la legislación, pero siempre es importante atender a este aspecto como algo fundamental dentro del club de fumadores.
¿Cómo crear un club para fumadores de marihuana?
Se debe especificar que la creación del club tiene como objetivo la creación de una red cerrada de consumidores que están interesados en compartir el consumo de la cantidad necesaria para abastecerse ellos mismos de forma autónoma.
Nunca está de más contar con el asesoramiento de un abogado especializado, ya que el asunto suele ser complejo y no es extraño cometer equivocaciones que tengan consecuencias problemáticas. En la redacción de los estatutos debe establecerse el comité ejecutivo del club, los mecanismos de decisión y la forma en que se desarrollarán las tareas privadas por parte de cada socio.
Todo ello debe asociarse a una declaración de intenciones en la que se especifique la función del proyecto y a la admisión de nuevos socios que demuestren contar con las características necesarias. Así, una vez cumplidos todos los trámites, los clubes de fumadores de cannabis pueden agrupar a un número bastante alto de personas que verán facilitado el cultivo y el acceso a su planta favorita.
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