Hasta que no la consumes, la marihuana es una planta laboriosa en muchos aspectos. No es que te tengas que dejar la vida en ella, pero si es cierto que si no conoces algunas de estas particularidades tienes posibilidades de meter la pata incluso en el último momento de tu trayectoria como cannabicultor: durante la conservación.
En este post te mostramos cuál es la mejor manera de conservar el cannabis después del secado de las plantas y cómo poder disfrutar de él durante los meses posteriores sin que la marihuana pierda ninguno de sus encantos naturales.
¿Cuál es la mejor manera de conservar la marihuana?
Probablemente sobre esta cuestión cada aficionado tenga sus preferencias y sus recomendaciones. El tema de la conservación de la marihuana ya no sólo es una cuestión de que el producto mantenga durante el mayor tiempo posible sus condiciones óptimas de sabor y aroma sino que hay mucho de gustos.
Sin embargo, y a pesar de las diferentes técnicas de secado y manicurado que existen y que sí que pueden modificar significativamente el sabor del cannabis, cuando ya se trata de una cuestión estricta de conservación parece bastante extendida la idea de que el método más adecuado de todos son los tarros de vidrio con cierre hermético.
Como ya sabes, un buen secado de marihuana te llevará en torno a los 20 días en un lugar seco y oscuro. Una vez finalizado este proceso, las flores de marihuana, cargadas de resina, deben ser conservadas en el lugar adecuado para que puedas ir consumiéndolas poco a poco. Hay quienes optan por la conservación al vacío en pequeñas bolsas. Este puede ser un método bastante práctico si quieres invertir en el material necesario, si tienes clara la cantidad que sueles fumar (así te puedes hacer bolsitas individuales) e incluso si te apetece congelar una parte de tu cosecha.
¿Congelar marihuana? Sí, claro que es posible, igual que los tuppers con el potaje de lentejas que te sobre del almuerzo. Además, estas bolsas herméticas son probablemente la mejor solución para hacerlo porque te aseguras de que a tu marihuana no le va a entrar absolutamente nada de humedad, también las tenemos de color negro y la vas a poder guardar durante mucho tiempo.
Pero si quieres ir a por lo tradicional, los botes de cristal con cierre hermético son lo que siempre se ha impuesto sobre cualquier otro método. Eso sí, siempre debes tener en cuenta algunas consideraciones para que todo salga perfecto:
- Durante los primeros cinco días después del envasado, abre los botes al menos una hora al día para que la marihuana respire.
- Asegúrate de que los tarros son verdaderamente herméticos o el cannabis podría humedecerse o secarse demasiado como consecuencia del clima.
- Guarda los frascos en un lugar oscuro para que la luz no afecte a los tricomas descomponiendo el THC y acelerando el secado de la marihuana.
- En la medida de lo posible, continúa ventilando los tarros al menos una vez por semana.
Siguiendo estas recomendaciones, el cannabis envasado en un tarro de estas características podría mantener sus propiedades y no secarse durante al menos dos años. Pero seguro que no tardas tanto en acabar con tu cosecha, ¿verdad?
Recuperar marihuana demasiado seca
¿Te has topado con restos de una cosecha anterior que ya no sabías ni que existían? ¡Bingo! El problema es que por lo general este tipo de hallazgos no son todo los espectaculares que nos gustaría. Después de la sorpresa inicial a lo mejor te llevas una decepción al descubrir que ese poquito de marihuana que acabas de descubrir llevaba ya demasiado tiempo guardado o ni siquiera en su momento se secó bien. Total, que no está en las condiciones óptimas para que te la fumes porque se nota claramente que se ha pasado de seco.
No tires tan pronto la toalla, todavía hay algunos trucos que puedes utilizar para tratar de recuperarla. Si la situación no es excesivamente grave y no te has topado con el Tutankamon del cannabis (y no estamos hablando precisamente de las exquisitas semillas Tutankamon de Pyramid Seeds), es probable que estos trucos te ayuden a obtener una marihuana que, si bien no va a ser la mejor que hayas probado en tu vida (son viejos trucos, no soluciones milagrosas), sí que te van a proporcionar una yerba apta para el consumo, que ya es bastante decir.
Básicamente lo que debes hacer cuando te encuentras con marihuana reseca es tratar de rehidratarla. ¿Y esto como se hace? Los procesos que aquí te proponemos no son complejos. Lo verdaderamente difícil es cogerles el punto porque lo que tampoco queremos es que te pases con la humedad y esto provoque la aparición de algún tipo de hongo en la yerba. Así que mucha precaución al aplicar estos métodos y, sobre todo, ¡mucha observación!
El primer remedio consiste en colocar al lado de tu muestra de cannabis reseco un algodón humedecido. Abres el recipiente en el que tengas colocada la yerba y sin tocarla, al lado de esta, colocas el algodón humedecido con agua. Se supone que muy lentamente las flores irán absorbiendo esta humedad que les falta y en muy poco tiempo su estado de sequedad se revertirá. Pero atención, porque hay que estar revisando día tras día la evolución de las flores para asegurarte de que no se esté produciendo un exceso de humedad que pueda provocar la aparición de hongos.
La ventaja de este truco es que además de rehidratar tus flores puedes aprovechar para potenciar aromas perdidos o para dotar a tu marihuana de sabores que nunca tuvo. Es lo que ocurre si en lugar de un trozo de algodón humedecido empleas para la rehidratación una corteza de naranja o de limón.
¿No tienes paciencia para tanto? Hay quienes aseguran que el truco de la hoja de lechuga es mucho más rápido, sencillo y eficiente. Envuelves tus flores con problemas de sequedad en una hoja de lechuga y en apenas dos horas, sin que queden rastros en el olor o en el sabor, ya tienes tus flores rehidratadas y listas para prepararte un cigarrillo de cannabis.
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