En esto del cultivo de la marihuana los estadounidenses tomaron la iniciativa. Se sabe que ya en la década de los 50 existía al otro lado del Atlántico establecimientos dedicados a la venta de productos destinados al cultivo de cannabis. Pero este tipo de tiendas, ahora tan populares que incluso ya cuentan con su versión online, no se harían verdaderamente famosas a nivel internacional hasta la llegada de Wernard Bruining y su Positronics de Ámsterdam.
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Un concepto innovador en torno a la marihuana
Consumidores de marihuana siempre ha existido y productores también. Solo que durante mucho tiempo unos y otros habían estado separados por una distancia bastante grande. Lo del autocultivo de marihuana es una afición relativamente reciente, o al menos el hecho de poder disfrutar de ella con las herramientas necesarias para que todo salga perfecto.
Hasta hace unas décadas, el que quería consumir marihuana tenía que recurrir a prácticas todavía menos legales que el hecho de tener alguna que otra planta en casa para consumo propio. Es más, hasta los propios coffee shops de Ámsterdam, que empezaron a abrir sus puertas en la década de los 70, tenían que traer el cannabis que se consumía en los establecimientos ‘por la puerta trasera’, como suele decirse.
La marihuana que se fumaba en estos locales procedía principalmente de Colombia y Tailandia mientras que el hachís se importaba sobre todo de Líbano y Marruecos. El caso es que esta paradoja legal presente en Holanda (el cannabis se puede consumir pero no se puede producir), se ha mantenido hasta la actualidad. Con la aparición y la proliferación de los grow shops el concepto de cultivo de marihuana experimenta una interesante transformación y se acerca más al usuario que, además de disfrutar consumiéndola, ahora tiene la opción de producirla en pequeñas cantidades para su propio deleite.
Del coffee shop al grow shop
La aventura del autocultivo en Europa comenzó en la década de los 70 con la aparición del primer coffee shop de Ámsterdam, el Mellow Yellow. Una antigua panadería okupada por unos hippies en 1972 y convertida en un local para la venta y el consumo de yerba. Uno de los impulsores de este proyecto cannábico fue Wernard Bruining, que supo aprovechar muy bien el carácter aperturista de las leyes holandesas con respecto a las drogas blandas. Fue así como el Mellow Yellow (que todavía sigue funcionando, a pesar de que ya no pertenece a ninguno de los socios fundadores), se convirtió en todo un referente de la cultura cannábica de la ciudad.
Pero lo de vender marihuana procedente de otras partes del mundo era algo que no terminaba de convencer a este cultivador inquieto que desde el principio tuvo claro que el mejor producto que se podía ofrecer al cliente era el producto propio. Tardaría muchos años en concebir el modo de poner en marcha una estrategia para llevar a cabo su plan, pero finalmente lo lograría en el 1984 con la fundación de Positronics, el primer grow shop de Europa.
Con esta tienda Bruining pretendía liberar al consumidor habitual de marihuana de su dependencia de la importación de productos extranjeros y animarlo a producir su propio cannabis en casa. Un concepto que todavía hoy en día sigue siendo bastante contradictorio en muchos países (entre ellos Holanda, a pesar de su política aperturista en los temas relacionados con las drogas blandas) en los que, si bien el consumo o la posesión de yerba hasta ciertas cantidades no está prohibido o está despenalizado, la producción puede estar castigada por la ley en algunos casos.
¿Qué aportó Positronics al mundo del cultivo de marihuana?
Positronics fue la primera tienda de Europa en abastecer a los cannabicultores del material necesario para tener cosechas de marihuana en casa: sistemas de riego, lámparas, extractores, aditivos, sustratos y por supuesto semillas.
A pesar de que la historia de la marihuana no le ha hecho demasiada justicia a Bruining (que al contrario que otros defensores del cannabis todavía no tiene ninguna variedad de semilla que le rinda homenaje) aparte de ser uno de los fundadores del primer coffee shop de la historia y del primer grow shop de Europa, se curtió en el cultivo del cannabis con los mejores maestros de California y tuvo la genial idea de empezar a comercializar semillas de marihuana para ponerlas a disposición de todos los cultivadores.
El éxito de Positronics fue tan grande que se fundó incluso una revista de información para el cultivo de marihuana, la Soft Secrets, una cabecera todavía existente (aunque ahora pertenece a otro editor), que desde el comienzo fue todo un referente del sector y que actualmente se edita en ocho idiomas, siendo la revista de cannabis más importante del mundo.
La desaparición de Positronics y el auge de los grows shops
Hace ya más de una década que el primer grow shop de Europa cerraba sus puertas. Sucedía en 1996, coincidiendo con el auge de este tipo de tiendas en todo el mundo. La venta de semillas de marihuana, tal como la había planteado Bruining, empezaba a ser un negocio rentable.
La yerba no se puede vender, es ilegal, pero las semillas de marihuana se consideran objeto de coleccionista y no resultan ofensivas a los ojos de ninguna legislación europea (ni en muchos otros países del mundo). Así que tras el nacimiento de Positronics empezaron a surgir estas tiendas y de manera paralela los bancos de semillas. Poco después surgieron los negocios por Internet y en la actualidad es posible acceder a todo tipo de variedades de cannabis así como a las herramientas necesarias para su cultivo desde la comodidad de casa.
Pero sin la iniciativa de Bruining y su convicción de que las cosas se podían hacer de otra manera, probablemente este negocio no hubiera sido lo que es actualmente o cuanto menos, su auge y su proliferación se hubiera retrasado muchos años más.
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