A pesar de que el cultivo de cannabis continúa siendo una actividad ilegal en el país, el rey de Marruecos, Mohamed IV, no se cortaba un pelo a la hora de subir a una página de gestión oficial de Facebook una fotografía suya luciendo una camiseta con una gran hoja de marihuana en los colores de la bandera americana. Un mensaje un tanto contradictorio teniendo en cuenta que el Gobierno nacional sigue insistiendo en la importancia de erradicar este negocio ilegal mientras que los Gendarmes Reales continúan haciendo la vista goda.
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Mohamed VI se olvida de las chilabas para sacarse una fotografía muy polémica
La instantánea del rey marroquí con su camiseta de asillas posando en plan tan informal y mostrando la hoja de la marihuana en el pecho no tardó en recorrer el mundo. Algo que no es nada difícil si se tiene en cuenta que la instantánea aparece publicada en su cuenta personal de Facebook junto a otras tantas imágenes que, desde luego, son bastante divertidas si se tiene en cuenta que se trata del monarca de un país.
Con todo, parece ser que esta imagen de la camiseta con la hoja de la marihuana no es del todo real en el sentido más estricto de la palabra. Que aparece en Facebook es cierto y que la página está autorizada por el monarca marroquí, también. Sin embargo no parce real que Mohamed VI realizara esta visita a Zanzíbar (que es donde fue tomada la fotografía) vestido de esta guisa.
Junto a la fotografía de Facebook se puede leer en árabe que se trata de un montaje de Photoshop y se adjunta un enlace a las imágenes reales de la visita del monarca y a su peculiar jornada de compras. Cabe señalar que el vestuario elegido para la ocasión no es que fuera mucho más protocolario y que muchos de los comentarios recibidos critican al responsable de vestir al monarca marroquí durante sus momentos informales.
El caso es que, sea como sea, el rey de Marruecos se ha ganado la simpatía de los aficionados a la marihuana con esta curiosa instantánea que desde el pasado mes de diciembre no ha parado de circular por las redes sociales.
La relación de Marruecos con el negocio del cannabis
Junto a Líbano, Afganistán o Nepal, Marruecos es uno de los países productores de marihuana más importantes del mundo. Un negocio oscuro si se tiene en cuenta que legalmente está prohibido en el país, a pesar de que parece ser que esto es sólo fachada.
Por su ubicación, Marruecos se encuentra en un punto estratégico para abastecer de hachís al mercado europeo y por supuesto España es su principal puerta de entrada. Los organismos europeos llevan muchos años ejerciendo presión para que se ponga freno a este negocio ilegal de cultivo y comercio de marihuana, pero lejos de obtener algún resultado, no solo se estima que no se ha conseguido reducir sino que la producción se eleva ya a más de 100.000 hectáreas de cultivo.
¿Cómo es posible que el cultivo de hachís en Marruecos aumente a pesar de ser ilegal?
No hace falta ser muy listo para entender que en este, como en tantos otros negocios, siempre existen intereses e influencias políticas que en última instancia se resumen en dinero. Y no hay duda de que el tráfico ilegal de hachís es un negocio muy lucrativo, especialmente si se mantiene en la sombra y toca a repartir entre menos. Si por un lado el Gobierno marroquí o determinadas áreas de este presionan para erradicarlo y por otro hay quienes se lo llevan crudo en connivencia con la Gendarmería Real, ¿dónde está el problema?
Cientos de marroquíes se trasladan anualmente a las regiones del Rif central, la provincia de Chauen, Tetuán, Larache o Sidi Kacem a supuestos cultivos industriales por todos conocidos e identificados como plantaciones de marihuana. A pesar de que sí es cierto que el país ejecuta a lo largo del año importantes operaciones antidroga en su propio territorio, no es menos cierto que según estimaciones la producción bruta anual de cannabis en Marruecos supera las 53.000 toneladas y eso son demasiadas ganancias a repartir.
Todo el norte cultiva cannabis
Aunque en los últimos años los cultivos se han extendido a otras zonas del país, el Rif, la zona norte de Marruecos y también una de las más pobres y conflictivas del país, es donde tradicionalmente se ha concentrado la máxima producción de cannabis.
Aquí el cultivo de marihuana es un secreto a voces porque, a pesar de estar prohibido por la ley, los agricultores recurren a este tipo de cultivo como único medio de subsistencia. El problema, obviamente, no está en el cultivo en sí de esta planta sino en las mafias con las que deben contactar para obtener beneficios con esta actividad.
Mohamed V, padre del actual rey de Marruecos, prohibió el cultivo y la venta de cannabis, pero esta zona histórica siempre se ha mantenido muy al margen de toda prohibición y a pesar de los controles nunca ha habido manera de acabar con los campos de quif. Quienes habitan en esta zona denuncian desde hace muchas décadas el abandono político e institucional al que han sido sometidos los campesinos tras el proceso de descolonización y aseguran que el cultivo y la venta del cannabis es el único medio de subsistencia que les queda.
Acabar con esto podría ser el origen de una importante revolución en el norte de marruecos por eso es común escuchar en esta zona que a los campesinos les da igual que la marihuana se utilice con fines lúdicos o medicinales: lo que no quieren es que ahora utilicen su único medio de vida también con fines políticos.
Por motivos como este el debate sobre la legalización de la marihuana en Marruecos resulta especialmente complejo ya que, si bien es cierto que hay que sacar a los campesinos del círculo de las mafias, también es necesario encontrar la manera de que su actividad, desde una perspectiva legal, siga siendo rentable.
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