Todavía habrá quien piense que la cultura del cannabis es algo tan limitado como fumar porros con tres o cuatro amigos. Pero no hay más que repasar el currículum de personas como Franco Loja para entender que en muchos casos la marihuana representa algo más que una afición. No hablamos ya de cultivo o de consumo, hablamos de auténtica pasión por esta planta. De una filosofía. De un modo de entender la vida.
Loja mantuvo la convicción de que a través de su gran pasión podía hacer algo importante por el resto del mundo y se dedicó a viajar y a compartir estos pensamientos con otras personas, haciendo crecer sus ideas, materializándolas en algo en lo que verdaderamente creía. Cuando el pasado día 2 de enero falleció como consecuencia de un ataque de malaria cerebral se encontraba en el Congo precisamente inmerso en un proyecto de lucha contra esta enfermedad. Viajero incansable, visionario y aventurero, el genetista de Green House Seeds se despide prematuramente dejando un importante legado a nivel profesional y un recuerdo imborrable en la trayectoria del banco de semillas holandés.
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Más de una década en busca de la variedad perfecta
Sus compañeros de Green House Seeds lo recuerdan con cariño en la página web oficial del banco de semillas donde desde que se dio a conocer la noticia de su fallecimiento se han colgado fotografías de los viajes de Loja alrededor del mundo.
Allá por el año 2000 este apasionado de la marihuana comenzó a trabajar como genetista de la popular marca de semillas holandesa de la que era socio, buscando las cepas más insólitas alrededor de todo el planeta. Franco Loja fue un aventurero y recorrer el mundo para encontrar las variedades de cannabis más peculiares era su manera de entender la vida.
Ocho años después de comenzar sus trabajos para Green House Seed y de empezar a obtener reconocimientos por las increíbles selecciones genéticas realizadas para la empresa, Loja y su socio Arjam Roskam, deciden poner en marcha un proyecto audiovisual de carácter divulgativo. En mayo de 2008 sale a la luz Strain Hunters, una serie que no tardará en hacerse popular y en la que los dos socios se dedican a narrar sus aventuras por el mundo mientras buscan las especies de marihuana más insólitas, explican cómo se hace la selección, cómo se realizan los cruces y cómo se conservan las nuevas cepas.
Los vídeos de Loja y Roskam hacen que la cultura del cannabis cobre una nueva dimensión aparte de la meramente lúdica. Son un proyecto audiovisual que aborda el cultivo de la marihuana y su uso desde una perspectiva mucho más amplia y acercan este mundo, en ocasiones desconocido, a un público que habitualmente no está en contacto con él. No es habitual que un genetista se haga popular fuera de los círculos de los cannabicultores, pero Franco Loja era una persona carismática que sabía captar la atención del espectador y transmitir a través de sus palabras su pasión y sus amplios conocimientos sobre todo lo relacionado con la marihuana.
La curiosidad y la perfección fueron siempre las dos principales características del trabajo de Loja, que durante casi dos décadas estuvo buscando la cepa perfecta. No en vano, Green House Seeds es el banco holandés que puede presumir de haber obtenido más premios en la High Times Cannabis Cup: nada más y nada menos que 34 galardones a los que hay que sumar al menos otros 17 en el Highlife Cups así como otras tantas menciones y distinciones internacionales.
No hay duda de que Franco Loja era además de un gran conocedor de todo lo relacionado con el cannabis, un gran comunicador y una cara conocida en las redes sociales. La noticia de su fallecimiento ha tomado por sorpresa a los miles de seguidores que a diario consultaban sus progresos en los blogs del sector, los videos de YouTube y por supuesto, su cuenta de Instagram.
Como ya comentábamos, la serie de vídeos de Strain Hunters era muy popular y contaba con alrededor de 60.000 suscriptores. Y es que los contenidos de estos vídeos no tenían desperdicio, tanto para aquellos realmente interesados en el mundo del cultivo de la marihuana como para aquellos que únicamente quisieran seguir las aventuras de dos apasionados de la vida, los viajes y las plantas exóticas.
Pero si esta cifra es sorprendente, más lo es la de la cuenta de Instagram de Loja: más de 100.000 seguidores que pudieron seguirle los pasos a este explorador moderno hasta los confines del mundo mientras hacía de su pasión su modo de vida.
Pasión por África
Franco Loja tuvo su primer contacto con África en 2007 y podría decirse que fue un flechazo. A pesar de que su búsqueda de la cepa perfecta lo obligaría a desplazarse a otros rincones del planeta, de alguna manera siempre acabaría regresando al continente africano. Sus paisajes, sus cultivos, sus gentes. Había algo en aquellas tierras de lo que no podía escapar.
Por este motivo, aunque la situación política y las condiciones sanitarias no eran las mejores, Loja decide volver a África en 2016 y viajar hasta el Congo, donde comienza a trabajar en el desarrollo de un proyecto para la prevención de una de las enfermedades más mortíferas del país: la malaria. Precisamente sería un ataque de malaria cerebral el que el pasado 2 de enero, según han confirmado fuentes de Green House Seed, acabaría con su vida de manera prematura a los 42 años de edad.
Su energía y su vitalidad quedarán siempre patentes en el legado audiovisual de Strain Hunters. Sus grandes descubrimientos en la genética del cannabis se evidencian en las importantes variedades de semillas que obtuvo para el banco holandés. Y en la cultura del cannabis quedará toda una leyenda.
«El cannabis es mi pasión, mi pan, mi hogar, siento que es mi deber asegurar que esta planta asombrosa sea preservada y disfrutada. Soy un fumador, un cultivador, un criador y un buscador de cepas. De por vida”.
Franco Loja
20 de mayo de 1974 – 2 de enero de 2017
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