Sin desmerecer la importancia de los anteriores ciclos (la germinación y el desarrollo), la floración es uno de los momentos más destacados del cultivo de la marihuana, y sin duda alguna el que te va a tener más expectante.
Y es que ningún grower puede escapar al encanto que supone ver crecer y formarse ya de manera tan evidente el fruto del trabajo de tantas semanas. En cualquier caso, es una fase del cultivo que debes tomarte con calma. No te aceleres ni dejes que la impaciencia te haga cometer los típicos errores de principiante. Disfruta del instante y toma las decisiones adecuadas en el momento oportuno para darle ese último empujoncito a una cosecha de primera categoría.
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La observación y el seguimiento exhaustivo en la floración son la clave del éxito
No será ni la primera ni la última vez que hagamos hincapié en este aspecto, pero si hay un truco infalible en esto del cultivo del cannabis es el de la observación. Nada mejor que ver cómo van evolucionando tus plantas día tras días para comprobar cuál es la respuesta que ofrecen a los diversos cambios que hayas ido introduciendo en tus cultivos con el objetivo de corregir esas pequeñas deficiencias que pudieras detectar.
En este sentido es de destacar que las últimas semanas de floración de un cultivo de marihuana son probablemente las más importantes. Con independencia de lo bien que lo hayas hecho hasta el momento, vas a tener que prestar especial atención a estas dos semanas previas a la cosecha en la que tras la lenta formación de los cogollos y la maduración de los tricomas estos ya han empezado a babear.
Durante la primera parte de la floración el desarrollo ha sido más rápido y notable. Ahora los cambios se ralentizan y tal vez te cueste un poco más identificar qué es lo que le está sucediendo a tu planta de un día para otro, pero no dejan de producirse modificaciones. Nos estamos refiriendo a un momento en el que habrán pasado aproximadamente cinco semanas desde el comienzo de la floración de la planta y esta aún presenta un aspecto verde reluciente hojas pegajosas y glándulas repletas de THC. ¿No querrás echar al traste este gran momento?
Lo mejor es ponerse las pilas para que en la recta final de la floración nuestra planta se sienta como la verdadera reina de la fiesta. Y para ello no es necesario romperse la cabeza. Basta con tener en cuenta los puntos que os presentamos a continuación y no olvidar nunca nuestra recomendación estrella: realizar un seguimiento exhaustivo de vuestras plantas si queréis tener éxito con cada cambio que apliquéis en el cultivo.
El secreto de una buena floración en 4 consejos básicos
¿Preparados para afrontar el último tramo de esta aventura como cannabicultores? Seguramente que sacar adelante estas plantas de marihuana os ha costado vuestro esfuerzo, pero nadie podrá poner en duda la satisfacción que produce fumar una yerba que has cultivado tú mismo con tanto cariño y esmero. Vamos pues con 4 consejos clave para que la floración sea perfecta.
1- Un nuevo entorno de cultivo
Si has llegado hasta este punto ya te habrás dado cuenta de que las plantas de marihuana son una especie muy curiosa en el ámbito de la botánica. En la etapa de floración se vuelven bastante exigentes con el tema de la luz. Tanto es así que durante la noche van a necesitar un entorno de oscuridad absoluta. Y cuando decimos oscuridad absoluta nos referimos a que no vas a poder utilizar ni un ligero haz de luz para comprobar que los goteros están funcionando y que el riego se hace correctamente. Estas señoritas son así de sensibles hasta el último suspiro. Y no es algo que se refleje únicamente con la luz. También tendrás que adaptar el lugar de cultivo a unas nuevas condiciones de humedad. En la etapa de floración las plantas son más sensibles a la aparición de plagas y botrytis (moho gris), aquí podemos encontrar productos para eliminar la botrytis. Si ves síntomas sospechosos en los cogollos, deshazte de ellos antes de que se extiendan al resto de la planta.
2- Olvídate de hacer trasplantes
Ese momento ya pasó de largo y debiste tenerlo en cuenta. Seguramente si sigues los consejos de nuestro blog con regularidad no se te habrá pasado de largo que los trasplantes no se deben dejar para la etapa de floración de la planta. Por tamaño, por peso, por la complejidad de su sistema radicular… Tu planta de cannabis ya no está preparada para afrontar algo tan traumático como un cambio de maceta. Ahora tiene que concentrar todos sus esfuerzos en otras cuestiones más importantes como es la de permitir el desarrollo de unos cogollos hermosos y suculentos, bien cargados de resina. No puede estar atendiendo a cambios tan significativos como un trasplante, así que olvídate del tema. Debiste haberlo pensado antes.
3- Limita el riego
Dentro de muy poco vas a iniciar la cosecha y debes ir preparando a tu planta poco a poco para un momento tan importante. Aproximadamente dos semanas antes del gran día, empieza a reducir el riego de la planta y deja de abonarla.No es solo una cuestión de preparación, es también determinante para la calidad del producto que vas a cosechar. Al eliminar de la dieta de la planta abonos y fertilizantes estarás favoreciendo a una limpieza para quedarte con una marihuana con un aroma y un sabor mucho más naturales.
4- No adelantes la cosecha
Paciencia, mucha paciencia. Ya sabemos que cuesta resistirse a la tentación pero piensa que estás en la recta final y que esperar unos días más puede marcar una gran diferencia. La planta tiene que estar en su punto para que la cosecha sea todo un éxito.El mejor momento es cuando los pistilos de los cogollos están perfectamente formados y sin dejar de ser traslúcidos tienen un color transparente que de manera muy sutil empieza a tener un cierto tono ámbar. En este punto es cuando tu planta de marihuana ha alcanzado sus niveles máximos de concentración de THC, así que… ¡adelante con la cosecha!
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