La ansiedad y la depresión son dos de las muchas enfermedades que atacan a las sociedades modernas como consecuencia de las nuevas frustraciones, del ritmo de vida que llevamos o de una realidad que cada vez parece exigirnos más como individuos sin ofrecernos la tan ansiada recompensa.
Entre los múltiples efectos beneficiosos que conlleva para la salud el consumo de la marihuana uno de los más extendidos a nivel mundial es su uso como droga para aliviar el estrés, la ansiedad o la depresión. Estas sombras que parecen acecharnos en nuestro día a día parecen disiparse entre las bocanadas de humo de la mejor yerba.
Pero, aparte de lo que ya todos sabemos acerca del cannabis como droga recreativa o terapéutica, ¿qué hay de cierto sobre su uso en el tratamiento de cuadros de depresión y ansiedad?
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Los efectos ansiolíticos del CBD
De entre los más de 60 cannabinoides presentes en la marihuana el CBD (cannabidiol) es uno de los que más interesa a los investigadores en lo que a aplicaciones terapéuticas se refiere. Como ya sabrás el cannabidiol es la clave de la marihuana terapéutica y siempre que adquieres una variedad de marihuana CBD es porque este componente está presente en un porcentaje muy superior al habitual para compensar los efectos psicoactivos del otro cannabinoide más importante de la planta, el THC.
Desde hace mucho tiempo se conocen las bondades del CBD como antiinflamatorio y relajante y de sus propiedades especialmente útiles para calmar el dolor de músculos y articulaciones. Pero existen otras interesantes vertientes de estudio acerca de esta sustancia:
El cannabidiol para el tratamiento de la ansiedad
El consumo de marihuana con altos niveles de concentración de CBD tiene importantes afectaciones sobre el sistema endocannabinoide del cerebro, que es precisamente el que se encarga de regular de manera natural nuestros niveles de ansiedad y de estrés.
Los estudios han demostrado que al consumir marihuana terapéutica el CBD provoca una reducción del flujo sanguíneo hacia determinadas zonas del cerebro (por ejemplo el hipotálamo), que en situaciones de ansiedad se caracterizan por encontrarse en estado de hiperactividad.
En consecuencia, podría concluirse en que la marihuana estaría aliviando el flujo sanguíneo en estas zonas conflictivas del cerebro en sus momentos de máximo estrés permitiendo además la liberación de sustancias químicas (las producidas por el propio cerebro y las contenidas en la marihuana) que favorecen a la reducción de la ansiedad.
También el THC actúa de esta manera pero al ser un psicoactivo sus consecuencias son más difíciles de controlar desde el punto de vista estrictamente terapéutico. Sin embargo, a nivel científico, lo cierto es que este cannabinoide funciona exactamente igual que uno de los primeros endocannabinoides que se descubrieron en el cuerpo humano: la anandamida.
El cannabidiol para el tratamiento de la depresión
El CBD tendría una doble función aparte de hacer que el consumidor de cannabis se suma en un estado de paz y relajación muy agradable perfecto para combatir los problemas de ansiedad.
Tal como reflejan algunos estudios a través de resonancias magnéticas, hay otras zonas del cerebro que se ven involucradas en este proceso de búsqueda de la felicidad que de manera instintiva parece desatarse en el cerebro y en el cuerpo cuando se consume marihuana. En este caso la hormona responsable de estos cambios es la serotonina.
En los pacientes deprimidos existe una disfunción en los receptores de serotonina que el sistema endocannabinoide del cuerpo humano no es capaz de solucionar por sí solo, razón por la que entre los síntomas frecuentes de esta patología están la pérdida del entusiasmo o de la motivación.
El CBD presente en mayor porcentaje en determinadas plantas de marihuana de tipo medicinal es como una llave con la que es posible abrir de nuevo estos receptores y lograr ponerlos en funcionamiento permitiendo al paciente que recupere esos sentimientos positivos que no era capaz de asimilar. Precisamente por este motivo tanto médicos como pacientes se interesan cada vez más en probar con terapias naturales alternativas en lugar que con los antidepresivos tradicionales, asociados a un gran número de efectos secundarios.
Las dosis excesivas pueden tener el efecto contrario
A pesar de que el cannabidiol (CBD) es una sustancia cuyos efectos han sido probados con resultados positivos en el tratamiento de comportamientos ansiosos en determinados animales y en personas, lo cierto es que fijar una cantidad exacta para que este tipo de tratamientos funcione no resulta del todo sencillo.
Lo que sí parece haber quedado bastante claro es que el uso de la marihuana en el tratamiento de la ansiedad y la depresión puede resultar contraproducente en dos tipos de escenarios. El primero de ellos es cuando se suministra a pacientes que previamente han presentado cuadros psicóticos. A pesar de que el cannabis que se destina a uso terapéutico tiene unos niveles más reducidos de THC y más elevados de CBD, buscando en la medida de lo posible un equilibrio casi perfecto para que los efectos terapéuticos de uno compense los efectos psicoactivos del otro, las evidencias clínicas existentes en la actualidad revelan que el uso rutinario de marihuana en personas con trastornos psicóticos tiende a agravar sus síntomas.
La otra cuestión relevante sobre el tratamiento de la ansiedad y la depresión con cannabinoides es la fijación de una dosis. El límite de la cantidad recomendada puede ser en ocasiones muy sensible y es complicado determinar el contenido exacto de cannabinoides de una planta. En estos casos tan concretos hay que tener en cuenta que una sobredosis puede suponer justo el efecto contrario y en lugar de proporcionar calma y relajación acabar generando más angustia y estrés en el sujeto, por lo que habría que valorar muy bien la idoneidad de iniciar o no un tratamiento de este tipo. Por este motivo la marihuana terapéutica hace hincapié en la aplicación de CBD (cannabidiol) no en la de THC, cuyos efectos pueden ser tan diferentes en función de la persona.
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