Como cada año llega el buen tiempo, mejoran las temperaturas y es el momento de poner nuestras plantas al sol para observar su crecimiento. Pero con las buenas temperaturas también llegan los peores enemigos de nuestras queridas plantas: las plagas y los hongos.
Las más comunes son la temida araña roja, el trip, la mosca blanca, la cochinilla, el minador, el pulgón, la botrytis, el oidio, la roya, o el mildeu entre otros.
Con todos estos organismos es mejor llevarse bien, pero de lejos, ya que cuando se instalan en tu cultivo de cannabis, es difícil echarlos o eliminarlos y pueden hacer peligrar tus plantas. Está claro que con las plagas y hongos, es mejor prevenir que curar, y tener en cuenta que en ciertas épocas del año, con ciertas condiciones climáticas, nuestras plantas están más expuestas a ciertas plagas y hongos que en otras épocas.
El primer paso para proteger nuestras plantas, es mantenerlas sanas y fuertes, lo que las hace más resistente a los ataques de las plagas y hongos, mantener un ambiente adecuado tanto de renovación de aire, como de temperatura y humedad estables, también nos ayudará, al igual que la higiene.
Tampoco está demás utilizar insecticidas o fungicidas preventivos, que hagan poco atractivas tus plantas para los invasores.
Es importante tener cuidado con lo que metemos en nuestro cultivo, ya que las condiciones del interior son ideales para las plagas y si introducimos alguna en un hábitat tan propicio, triunfará sin problemas, ya que no existen depredadores que puedan controlarlas
Si una plaga se instala en nuestro interior tendremos que hacer un tratamiento efectivo (biológico o químico) y una limpieza a fondo del cuarto de cultivo, incluyendo la ropa que utilizamos para hacer la limpieza y a nosotros mismos.
La higiene es uno de nuestros mejores aliados para mantener las plagas alejadas de nuestro cultivo. En el caso de que llegues tarde, y la plaga o el hongo ya están instalados, tendrás que tratar la planta con productos más fuertes que la eliminen antes de que se extienda y sea demasiado tarde.
Un problema típico suele darse en épocas lluviosas, en las que suele haber más humedad ambiental (las plantas transpiran menos y necesitan menos agua), lo que puede traer problemas con los hongos. Sobre todo en primavera y en otoño, que son las estaciones en las que suele llover más y en las que podemos pecar fácilmente con el exceso de riego, lo que nos puede traer problemas con el oidio (normalmente en crecimiento), la botrytis (en floración), el fusarium (con cambios de tiempo o en terrenos muy arcillosos), etc. Estos problemas se pueden solucionar con un fungicida si se detecta en el momento adecuado.
En las épocas más calurosas del verano, tenemos que tener mucho cuidado con los ácaros, moscas, chupópteros y otros insectos, ya que si hace calor continuado y baja humedad, se dan las condiciones idóneas para su desarrollo explosivo. En estos casos, lo mejor es utilizar un insecticida específico que ataque a la plaga en cuestión, aunque también existe la opción de la lucha biológica y buscar un depredador natural que elimine esa plaga de nuestro cultivo.
En zonas cercanas a pinares, el riesgo de que nos ataque la oruga procesionaria del pino es muy alto. Este lepidóptero se aparea en verano y pone huevos en los brotes de nuestras plantas, estos huevos se abren en un mes y se convierten en larvas que son muy voraces y se comen los cogollos desde dentro, dejando sus defecaciones por el camino, lo que puede traer problemas de podredumbre.
Si estamos atentos, podremos solucionar los problemas fácilmente con Bacillus thuringiensis, también existen trampas para los machos, con las que podemos saber cuando acechan.
A los pájaros les gustan mucho los brotes tiernos que salen en primavera, para evitarlos se puede colocar una malla o un invernadero, a los animales domésticos como gatos, perros y conejos también les llaman la atención estos brotes, procura no darles la oportunidad de darte un disgusto.
Los cultivadores de guerrilla también tienen que tener en cuenta a los animales salvajes, ya que un jabalí, una cabra, un ciervo o una vaca hambrienta, pueden acabar con una plantación sin problemas, para evitarlos, se puede utilizar un repelente como stop jabalí, que los mantendrá alejados gracias a su fuerte olor.
Esperemos que no tengas problemas con ninguno de estos visitantes tan molestos. Sin embargo, es normal que si cultivas tengas alguna plaga u hongo, que si sabes detectarlo a tiempo y tratarlo adecuadamente, los eliminarás sin problemas. Pueden quitarte el sueño y probablemente parte de la cosecha.
De todas formas si tienes dudas, en Yervagüena estaremos encantados de echarte una mano.
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