Uno de los efectos más conocidos del consumo de marihuana, ya sea fumada o aspirada por medio de vaporizadores, es el hambre. En efecto, muchos conoceréis esa sensación de hormigueo en el estómago que nos lleva a, prácticamente, tomar la nevera o la despensa al asalto para llevarnos algo a la boca que mate al ‘gusanillo’.
Las razones de esta respuesta de nuestro cuerpo son puramente fisiológicas. Hoy, en el blog de Yervaguena, te mostramos, en efecto, por qué la marihuana da hambre.
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Un proceso natural
Según una investigación publicada en la prestigiosa revista Nature Neuroscience, las personas que acaban de fumar marihuana tienen más ganas de comer porque sus sentidos del olfato y el gusto se han potenciado. En este sentido, un equipo de la Universidad de Burdeos determinó en su día que ciertos receptores del bulbo cerebral responsable del olfato reaccionan con el TCH, intensificando la experiencia olfativa.
Este incremento o potenciación de las respuestas olfativas y del sentido del gusto crearían en las personas la misma sensación que se tiene, de manera natural, cuando nuestro cuerpo nos avisa de que tenemos mucha hambre sin que, en este caso, la necesidad del organismo de ingerir alimentos sea tal.
Cuestión de sexo
Parece que los hombres, en este caso, somos más propensos a los ‘atracones postcannábicos’ que las mujeres. Esto no es porque ellas se preocupen más que ellos por la línea, o porque los hombres estén más sujetos a las pasiones. Una investigación llevada a cabo en la Washington State University señala que el único efecto del consumo de marihuana (fumada, ingerida o aspirada mediante vaporizadores) ante el que los hombres son más sensibles es, precisamente, el del apetito voraz. Sin embargo, se desconoce por qué los hombres somos más receptivos ante esto, cuando las mujeres son hasta un 30% más sensibles al efecto de la marihuana.
Aplicaciones prácticas
Más allá de la curiosidad que despierta el fenómeno del hambre tras consumir cannabis, lo cierto es que las investigaciones al respecto podrían ser verdaderamente útiles. Pese a que todavía son pocos los estudios que han buscado explotar en el campo médico este particular efecto de la marihuana, algunas experiencias si que se han probado exitosas. Es, por ejemplo, el caso del Marinol, un medicamento que reproduce artificialmente algunos de los componentes del cannabis para tratar la pérdida de peso en los pacientes, siendo especialmente eficaz también para evitar las náuseas y vómitos en pacientes que están siendo sometidos a un tratamiento intensivo contra el cáncer.
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