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Aphididae
Son pequeños (no más de unos pocos milímetros), de colores variados, sobre todo verdes, amarillos o negros. Pueden ser, dentro de una misma especie, ápteros (sin alas) o alados. Al final del abdomen los áfidos presentan dos sifones, pequeños apéndices de posición dorsal que apuntan hacia atrás por los que vierten una secreción azucarada que les sirve para sobornar a las hormigas. Los áfidos han desarrollado en la evolución una relación simbiótica con hormigas, que no sólo les toleran sobre las plantas, sino que les protegen de sus depredadores especializados como las mariquitas, a cambio de la secreción de sus sifones. Aparte de esto, la Negrilla (hongo) que aparece sobre la melaza afea a la planta y también perjudica al impedir la fotosíntesis.
Los áfidos suelen presentar alternancia de generaciones, sucediéndose a lo largo de la buena estación varias generaciones de hembras partenogenéticas (que se reproducen sin machos) ápteras (sin alas) que crecen rápidamente y multiplican el efectivo de la colonia. Cuando los recursos empiezan a escasear de los huevos salen hembras aladas dotadas de un instinto de migración; echan a volar y se dejan caer sobre las plantas expandiendo la población. Cuando se acerca el final de la buena estación, lo que sale de los huevos es una generación mixta, machos y hembras, de individuos fértiles alados que copulan para producir los huevos que han de sobrevivir al invierno.
Sintomatología
Los pulgones actúan clavando un pico chupador y absorbiendo la savia de las hojas. Causan así importantes daños. Otra cosa importante es que los pulgones son los principales transmisores de virus. Pican en una planta infectada y al picar en otra sana, le inyectan el virus.
Control
El más efectivo es el control químico. Al usar insecticidas, lo mejor es tratar a los primeros individuos, ya que disminuyen mucho la capacidad de proliferación de la plaga. Existen multitud de productos que matan pulgones, sin embargo lo mejor es que sea uninsecticida sistémico, es decir, que sea capaz de traslocarse por la planta mediante el flujo de savia, así, al alimentarse los pulgones mueren. Los tratamientos han de repetirse varias veces a lo largo del año. Es habitual dar un tratamiento en primavera y seguir a lo largo del verano, aunque siempre sea verificar si existe o no antes de tratar.
Tratamientos ecológicos
- Depredadores naturales: Tienen muchos enemigos naturales (mariquita, crisopa, pequeñas avispillas que los parasitan, etc…), pero ninguno lo controla completamente y se hace conveniente el tratamiento químico.
- Agua jabonosa: Una solución muy efectiva contra el pulgón es pulverizar las plantas afectadas con agua jabonosa o con agua templada a presión.
- Plantar cerca especies que actúan como repelente: la madreselva, lupino, dedalera u ortigas actúan como repelentes de la plaga.
- Tratamiento químico: Dacoprid (Probelte), Epik (Sipcam)
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