Tener un cultivo de marihuana en casa es una inversión. Una de esas inversiones que por supuesto merecen la pena pero en la que vas a tener que emplear tiempo y dinero. Lo del tiempo es una cuestión que se lleva muy bien: cuanto más aprendes, más te gusta. Lo del dinero… no tanto.
Por eso no está mal conocer todos aquellos trucos con los que podemos hacer que cada céntimo que invirtamos en nuestro cultivo de marihuana no solo nos salga rentable sino que además nos permita ahorrar. En este post vamos a analizar uno de los aspectos en los que a menudo se nos suele descontrolar el presupuesto: el tema de la iluminación. Para ser más específicos, la cuestión de la energía.
¿Habías oído hablar antes de los balastros? Te interesará saber qué son y para qué se utilizan, así que no te pierdas detalle de lo que te contamos a continuación.
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Así se controla el flujo de corriente en un cultivo de marihuana de interior
Cuando creas tu pequeño microclima para que las plantas de marihuana se sientan como en casa estás empleando una cantidad de energía considerable. Las lámparas de alta presión (al contrario que otro tipo de bombillas o tubos fluorescentes) no van directamente conectadas a la corriente eléctrica sino a un aparato que actúa como transformador y que es capaz de proporcionarles la potencia que necesitan para que estas permanezcan encendidas.
Estos aparatos se encargan de mantener estable la intensidad de la corriente de la lámpara. O lo que es lo mismo: cada balastro es de una potencia y esa potencia debe estar en consonancia con la potencia de las lámparas para que estas permanezcan encendidas sin dañarse.
Hasta aquí, la explicación es bastante obvia. Ahora bien, ¿qué tiene todo esto que ver con el consumo de energía y con la producción de tu cultivo de marihuana? Ahí están los secretos de una buena elección. ¿Quieres que te los revelemos? No tienes más que seguir leyendo.
Cómo funcionan los balastros para reducir el consumo
En la sección de ‘Iluminación’ de Yervagüena encontrarás accesorios de dos tipos. Son las dos categorías básicas en las que se pueden diferenciar este tipo de transformadores para trabajar con lámparas de alta presión, bien sean de vapor de sodio, de mercurio o de halogenuros metálicos.
- Balastro electromagnético: es un aparato de considerables dimensiones y bastante pesado. Se calienta bastante durante su uso y además emite un ligero zumbido mientras está en funcionamiento. ¿Parecen todo desventajas? Pues no, porque lo cierto es que son accesorios muy resistentes y duraderos, además de tener un precio bastante ajustado y ofrecer unas prestaciones más que notables. El hecho de que sólo funcionen con una determinada potencia de salida puede limitar bastante las cosas pero, ¡no se puede tener todo!
- Balastro electrónico: funciona por circuitos controlados por microprocesadores. Eso de entrada quiere decir que el aparato en sí es mucho más ligero y más pequeño pero seguro que ya lo has adivinado: también es bastante más caro. ¿Ventajas? No se sobrecalienta, no hay zumbidos ni parpadeos, no hay pérdida de calor y, lo más interesante de todo, vas a poder conectarle bombillas de diferente potencia, lo que es genial para proporcionarle a la planta la luz que necesita en función del ciclo en el que se encuentra.
A juzgar por lo que acabamos de decir parece que los balastros electromagnéticos no son una buena elección, pero tampoco hay que ponerse en plan radical. De hecho estos son la opción más extendida entre los growers que empiezan a montar sus cultivos de marihuana de interior ya que, sobre todo en los comienzos, el tema del equilibrio ente calidad y precio pesa bastante.
Pero en cuanto conocen un poco cómo funciona el tema y se mentalizan de los beneficios que pueden sacarle a los balastros electrónicos, el siguiente paso parece bastante claro. Es sólo una cuestión de tiempo.
Elegir bien para luego agradecer en la cosecha
Aquí viene lo interesante de elegir un buen balastro electrónico. ¿Que tienes que romper la hucha de los ahorros? Sí, pero al menos que sea por un buen motivo. Y te podemos asegurar que este lo es.
Ya te hemos explicado cómo funciona un balastro electrónico y por qué esas diferencias estructurales hacen que su precio sea considerablemente más elevado que el de los balastros electromagnéticos. Ahora te vamos a explicar por qué esa inversión inicial que realizas cuando te compras uno en muy pocos meses se verá recompensada. Por un lado en tu factura de la luz y por otro lado en la abundancia de tus cosechas (¿Qué es lo que más te llama la atención de las dos cosas? La verdad es que cuesta decidirse… Pero como no tienes que elegir, ¡mejor que mejor!).
Pues bien, resulta que la luz que emite un balastro electrónico tiene muchos más hercios y no parpadea al funcionar sino que es continua (cosa que no ocurre con los electromagnéticos). A simple vista, entre una bombilla y otra percibimos lo mismo, pero lo cierto es que hay una diferencia de hasta un 30% de luz entre una bombilla que está funcionando con un balastro electromagnético (luz discontinua) y otra que está funcionando con uno electrónico (luz continua). Simplificando: con la misma cantidad de electricidad estaremos obteniendo hasta un 30% más de luz. ¿Es o no es ahorro?
Pero la cosa no se queda ahí. Pongámonos ahora en la perspectiva de las plantas, beneficiándose también de ese flujo de luz constante y regulable. Porque, no se te olvide lo que ya habíamos comentado. Los balastros electrónicos pueden funcionar con diferentes potencias de salida de manera que conectando una bombilla de 600W podrías regular sin problema la iluminación de tu cultivo durante todas las fases de la planta: la germinación y el enraizado (con potencia al 50%), el crecimiento (al 75%), la floración (al 100%) y el engorde (al 110%).
La luz continua tiene grandes beneficios en un cultivo de marihuana. Es un tipo de luz mucho más natural y mucho menos estresante para las plantas. También es importante el factor de la temperatura y el hecho de que los balastros electrónicos no se calienten, por lo que puedes tenernos dentro de tu armario de cultivo sin que esto afecte en absoluto a este parámetro.
Por otro lado, notarás que la vida de una misma bombilla es más larga y es más que probable que la utilices para más de una cosecha. Y por supuesto, está el factor económico, la posibilidad de modificar cuando quieras el consumo energético gracias a los potenciómetros y la garantía de que estás amortizando absolutamente toda la energía que empleas en tu cultivo.
Así que ya puedes ir ahorrando porque, si todavía no tienes un balastro electrónico en tu cultivo de interior, o se lo pides a los Reyes las próximas navidades o te haces un autoregalo para celebrar el año nuevo. La inversión merecerá la pena.
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