Sodio vs Bajo consumo

¿Para que podemos utilizar las bombillas de bajo consumo?, ¿Pueden sustituir a las de sodio?, ¿Tienen el mismo rendimiento con menos consumo? Vamos a intentar arrojar un poco de luz sobre las dudas acerca de este tipo de bombilla, ya que es un tema que nos comenta mucha gente y parece interesante dedicarle una explicación.

Hay mucha gente que cree que una bombilla CFL de bajo consumo gasta menos que una bombilla de alta presión de sodio (HPS) de los mismos Vatios y la realidad es que tienen las dos un consumo similar, si conectamos a la red eléctrica una bombilla de 250W de bajo consumo gastará mas o menos como una de 250W de sodio ya que en definitiva las dos son bombillas de 250W.

Lo que si es cierto es que la bombilla de bajo consumo “ilumina” como una bombilla de potencia superior de sodio, lo que nos puede ser muy útil en crecimiento, pero como las necesidades de la planta son distintas en cada ciclo, lo que nos hace falta para cultivar en floración es que la bombilla tenga un alto rendimiento de lúmenes por Vatio y en ese aspecto rinden más las bombillas de sodio que las de bajo consumo.

Lúmenes por Vatio

Los lúmenes por Vatio reflejan la eficacia luminosa de una bombilla, indican la relación entre el flujo luminoso de la bombilla medido en lúmenes y la potencia de la bombilla medida en Vatios, las bombillas CFL de bajo consumo dan un rendimiento de 70-75 lúmenes por Vatio, es decir, que una bombilla de 250W por ejemplo daría unos 18750 lúmenes, mientras que una de 250W de alta presión de sodio (HPS) tiene un rendimiento de unos 135 lúmenes por vatio y daría 34000 lúmenes. Está claro por tanto que en cuanto a la eficacia luminosa, las bombillas de alta presión de sodio son mejores que las de bajo consumo, ya que tienen un mayor rendimiento.

Luz calida y luz fría

Otro aspecto a tener en cuenta es el calor que generan estas bombillas, ya que cuanto más calor genera una bombilla, más alejada hay que ponerla de las plantas, lo que reduce la cantidad de lúmenes que reciben las plantas de esa bombilla, en el caso de las de bajo consumo, también llamadas a veces de luz fría, generan poco calor, lo cual quiere decir que se pueden poner muy cerca de las plantas (a diez centímetros o menos de la parte alta de la planta), esto significa que el aprovechamiento de la luz es muy alto, en el caso de las bombillas de sodio, como generan más calor, tienen que estar un poco más alejadas de las plantas, lo que les hace perder un poco de rendimiento.

Verdades y mitos de las bombillas

Las bombillas de bajo consumo contienen mercurio (que es un material peligroso para la salud), pero la cantidad que llevan es muy pequeña y está comprobado que durante su uso este tipo de bombillas son totalmente seguras, de igual manera las bombillas de Sodio son totalmente seguras durante su uso.

Lo que si que hay que tener en cuenta es que no se deben tirar a la basura normal, hay que procurar desecharlas en los puntos de recogida y reciclaje, donde se aseguren de tratarlas de forma adecuada para evitar que el mercurio y el sodio lleguen a contaminar el medio ambiente, si se rompe una de estas bombillas en nuestro cultivo, lo más conveniente es ventilar la sala de cultivo y salir de ella para evitar inhalar los gases.

También hay quien dice que las bombillas de bajo consumo provocan fatiga visual por parpadeo, pero este tipo de bombillas poseen un balastro electrónico que convierte la corriente eléctrica, en corriente continua, posteriormente un oscilador, la transforma en corriente alterna a una frecuencia de 20 a 60 mil ciclos/segundo, lo que anula totalmente el efecto estroboscópico y los molestos parpadeos.

En definitiva podemos decir que los dos tipos de bombillas son válidos para el cultivo de interior, pero cada una para cosas diferentes y en su momento.