Tener a punto un cultivo de marihuana es una tarea que puede llevarte mucho más tiempo del que habías imaginado. Si eres un grower con cierta experiencia ya sabrás a lo que nos estamos refiriendo. Y si esta es tu primera aventura como cultivador de cannabis estás a punto de descubrirlo.
No es que sea una tarea imposible para una sola persona, a menos que seas un cultivador verdaderamente ambicioso y tengas unas expectativas muy altas. Pero sea por una cosa o por otra, lo cierto es que al final siempre acabas dedicando a tus plantas de marihuana más horas de las que tenías planeadas. Sobre todo porque es una afición muy placentera, te apetece que todo salga perfecto y al final el tiempo se pasa volando.
El riego es uno de esos aspectos que se suelen llevar bastantes minutos de tu dedicación incluso cuando ya está todo controlado. Y si ya está todo controlado, ¿para qué dedicarle más tiempo del necesario? Por ese motivo en este post te vamos a explicar las ventajas de instalar un sistema de riego automático en tu cultivo y cómo hacerlo de la manera apropiada.
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La mejor solución para los cultivadores despistados
A veces no es solo una cuestión de tiempo o de constancia sino de carácter. Algunas variedades de marihuana son bastante difíciles de tratar y aunque tengas las suficientes tablas como para enfrentarte al asunto lo de estar en todo no es una cualidad precisamente humana.
Es difícil adaptarse a los requisitos específicos de los cultivos más complicados al mismo tiempo que no se pierden de vista las necesidades básicas que, a pesar de ser relativamente mecánicas, se nos pueden pasar por alto. Con el riego te enfrentas a uno de esos requisitos comunes que en más de una ocasión seguro que han hecho que te lleves las manos a la cabeza: ‘¡Se me ha vuelto a olvidar echarle agua a las plantas!’.
Con un sistema de riego automático te olvidarás de estos disgustos innecesarios. Es más, si te lo montas realmente bien incluso podrás salir de vacaciones dejando programado el sistema para que durante tu ausencia las plantas reciban la cantidad de agua exacta que necesitan sin que el hecho de que no estés les resulte algo traumático. Es una de las mejores soluciones para los cultivadores despistados, para los que no disponen de mucho tiempo o para los que tienen una cosecha demasiado extensa como para plantearse el riego manual.
¿Qué necesitas para instalar tu sistema de riego automático?
El riego automático es un sistema que se puede aplicar tanto a plantaciones de marihuana de interior como de exterior y a cualquier tipo de cultivos, si bien este método se ha hecho popular sobre todo entre quienes cultivan terrenos de considerables dimensiones y en hidropónico, ya que permite aprovechar de manera óptima todos los recursos.
Con independencia de cuál sea la modalidad de cultivo que has escogido para sacar adelante tu cosecha de este año puedes aplicar tu sistema de riego automático a cualquiera de ellas. Únicamente deberás analizar las diferentes opciones de sistemas de riego automático que existen actualmente en el mercado y escoger la que mejor se adapte a tus necesidades específicas.
Tipos de riego automático
El esquema básico de un sistema de riego automático es el que se compone de una toma de agua, un temporizador, un depósito, una bomba para el agua y unos goteros o algún tipo de medio de distribución / canalización del agua. A partir de aquí las posibilidades de configuración del riego son variables.
Como probablemente el agua que vayas a utilizar para el riego venga del grifo, sería importante que utilizaras algún sistema de osmosis inversa para eliminar el exceso de cloro. Esto, combinado con el uso de un depósito, te permitirá controlar la pureza del agua que utilices en el riego de manera habitual.
En el depósito puedes incluir todos los aditivos o fertilizantes que pudieran ir haciéndole falta a tus plantas durante el período de desarrollo y floración. Precisamente otra de las ventajas de este sistema, además de la de ahorrar tiempo, es que si también instalas una bomba de riego para canalizar el agua, a partir de ahora todas las plantas van a recibir la dosis que les corresponden de los nutrientes que necesitan para su correcto crecimiento.
Todo tu sistema será factible mediante la instalación de las necesarias tuberías y goteros que te permitan conducir el agua desde el depósito hasta las plantas. En este sentido es importante que vigiles la cantidad de agua de cada gotero para asegurarte de que todo funciona correctamente. La prueba más sencilla es colocando vasos y observar hasta dónde se llenan para asegurarte de si debes o no realizar algún ajuste antes de sembrar tu marihuana.
Pero hemos hablado de automatizar el riego, ¿no?, de manera que tiene que haber algo que te permita ahorrarte el tener que ir a abrir el grifo o a conectar la bomba de agua. Ese elemento fundamental es el temporizador, un accesorio que se conecta directamente a la red y que puedes programar para que decida a qué hora y durante cuánto tiempo va a estar funcionando el sistema de riego automático.
¿Se puede simplificar esto todavía más? Por supuesto que sí. Tal como lo hemos planteado hasta ahora este tipo de sistema sería efectivo sobre todo en cultivos de exterior relativamente extensos, pues te permitiría optimizar muchísimo el tiempo (imagínate que en vez de cultivar marihuana hubieras plantado tomates. Es lo mismo).
En cambio en cultivos de interior, en una terraza o en un pequeño rincón del jardín es posible que te interese más adquirir un kit de cultivo hidropónico como los de Ecogrower, con goteo inducido por bomba de aire, los módulos RainForest, que consumen muy poca energía o los kits de riego para vacaciones de AutoPot, que funcionan sin temporizadores y sin electricidad y te permiten salir hasta una semana de casa sin que las plantas te echen de menos.
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